Cuando pensamos en salud de la columna o del sistema nervioso, es fácil asociarlo solo con ejercicios o ajustes físicos. Sin embargo, cada vez más evidencia señala que una buena nutrición es clave para mantener el funcionamiento óptimo del sistema musculoesquelético y neurológico.
La quiropráctica y la nutrición no son disciplinas opuestas ni excluyentes. De hecho, se complementan de forma natural. Mientras la quiropráctica trabaja sobre la estructura y la función del cuerpo, la nutrición proporciona el combustible y los nutrientes esenciales para su recuperación, equilibrio e integración.
En este artículo exploraremos cómo se relacionan estos dos pilares de la salud, qué nutrientes favorecen el sistema nervioso y musculoesquelético, y qué papel tiene la nutrición en un plan de cuidado quiropráctico integral.
¿Qué relación hay entre nutrición y sistema musculoesquelético?
Nuestros músculos, huesos, discos intervertebrales y tejidos conectivos se regeneran continuamente. Para que esto ocurra de forma eficiente, el cuerpo necesita:
- Proteínas de calidad
- Minerales como calcio, magnesio y zinc
- Vitaminas del grupo B, C, D y K
- Antioxidantes
- Ácidos grasos esenciales
Una dieta deficitaria puede:
- Reducir la capacidad de recuperación
- Aumentar los procesos inflamatorios
- Generar fatiga muscular y debilidad
- Contribuir al deterioro articular
✅ Una columna bien alineada necesita tejidos bien nutridos para sostenerse, responder y regenerarse.
¿Cómo influye la nutrición en el sistema nervioso?
El sistema nervioso central (SNC) y periférico requieren un equilibrio muy preciso de neurotransmisores, ácidos grasos, antioxidantes y minerales para funcionar adecuadamente.
La falta de ciertos nutrientes puede:
- Afectar la conducción nerviosa
- Provocar síntomas neurológicos funcionales (hormigueo, dolor irradiado, dificultad de concentración)
- Aumentar la sensibilidad al dolor
- Empeorar cuadros de estrés, ansiedad y fatiga crónica【1】
📌 Algunos déficits nutricionales, como el de B12, magnesio o vitamina D, pueden influir directamente en la percepción del dolor musculoesquelético y en la recuperación tras lesiones【2】【3】.
Quiropráctica: restaurar la función. Nutrición: facilitarla.
Cuando un paciente acude a un centro quiropráctico, lo más frecuente es que esté experimentando algún tipo de disfunción: dolor lumbar, contracturas, rigidez cervical, migrañas, desequilibrio postural…
La intervención quiropráctica busca restaurar la movilidad articular, mejorar la función del sistema nervioso y aliviar la presión sobre los tejidos. Pero para que ese proceso de reparación se mantenga, el cuerpo necesita:
- Antiinflamatorios naturales, como ácidos grasos omega-3
- Vitaminas antioxidantes, como C y E, para proteger los tejidos
- Colágeno y proteínas, para regenerar ligamentos y cartílagos
- Agua suficiente, para mantener la hidratación de los discos intervertebrales
En resumen: la nutrición favorece la capacidad del cuerpo de adaptarse y sostener los cambios positivos que genera la quiropráctica.
Nutrientes clave para un cuerpo alineado y funcional
A continuación, repasamos los nutrientes más relevantes para acompañar el cuidado quiropráctico:
1. Magnesio
- Interviene en más de 300 procesos enzimáticos
- Favorece la relajación muscular y la transmisión neuromuscular
- Su déficit se asocia con calambres, fatiga muscular, irritabilidad y contracturas crónicas
Fuentes: frutos secos, legumbres, espinacas, chocolate negro.
2. Vitamina D
- Fundamental para la absorción de calcio y la salud ósea
- Modula la respuesta inflamatoria
- Bajos niveles están relacionados con dolor crónico, fatiga y osteoporosis【4】
Fuentes: exposición solar moderada, pescado azul, yema de huevo.
3. Ácidos grasos Omega-3
- Disminuyen la producción de prostaglandinas proinflamatorias
- Mejoran la respuesta inmunitaria y modulan el dolor【5】
- Benefician la función cognitiva y el estado de ánimo
Fuentes: semillas de chía, lino, nueces, pescado azul (sardina, caballa, salmón).
4. Colágeno + Vitamina C
- El colágeno es esencial para la integridad de tendones, ligamentos y discos intervertebrales
- La vitamina C estimula su producción y actúa como antioxidante
Fuentes: caldos de huesos, gelatina natural, frutas cítricas, pimientos rojos.
5. Complejo de vitaminas B
- B1, B6 y B12 están implicadas en la transmisión nerviosa
- Ayudan a modular el dolor neuropático y la fatiga
Fuentes: cereales integrales, carnes magras, huevos, vegetales de hoja verde.
Hidratación: el líquido olvidado de la columna
El agua es vital para el cuerpo humano, pero en especial para la salud de los discos intervertebrales, ya que están compuestos en gran parte por agua.
Una buena hidratación favorece la elasticidad, amortiguación y movilidad vertebral.
💧 En Sana Centro Quiropráctico recordamos siempre a los pacientes la importancia de beber suficiente agua tras los ajustes, ya que ayuda a eliminar toxinas y facilita la adaptación corporal.
¿Qué hábitos nutricionales perjudican tu columna?
Así como hay alimentos que nutren el sistema musculoesquelético, otros pueden favorecer la inflamación o dificultar la recuperación:
❌ Azúcares refinados: aumentan la inflamación sistémica
❌ Exceso de cafeína o alcohol: favorece la deshidratación
❌ Fritos y ultraprocesados: ricos en grasas trans, dañinas para los tejidos
❌ Deficiencia proteica: limita la regeneración muscular y de tejidos conectivos
✅ Reducir estos alimentos y priorizar una dieta basada en productos frescos, integrales y naturales favorece el entorno metabólico que necesita el cuerpo para sanar.
¿Tiene sentido que un quiropráctico recomiende mejorar la alimentación?
Absolutamente. Aunque el quiropráctico no sustituye a un dietista-nutricionista, sí puede:
- Identificar señales clínicas de déficit nutricional (fatiga, fragilidad, mala recuperación)
- Recomendar hábitos generales saludables
- Derivar a profesionales especializados cuando se detecta necesidad de intervención nutricional profunda
📌 Un enfoque quiropráctico moderno no se limita a “crujir la espalda”, sino que busca acompañar al paciente en su proceso global de recuperación y prevención.
Casos clínicos donde la nutrición marca la diferencia
- Paciente con lumbalgia crónica que no mejora por falta de hidratación y deficiencia de vitamina D. Al corregir estos factores, los ajustes empiezan a ser más duraderos.
- Deportista con tendinitis recurrente: tras incluir colágeno, magnesio y mejorar el descanso, se acelera la recuperación y se reduce la recaída.
- Persona mayor con desgaste articular: tras reforzar la ingesta de omega-3 y antioxidantes, se reduce la inflamación general y mejora la movilidad.
¿Qué hacemos en Sana centro quiropráctico?
En Sana Centro Quiropráctico, entendemos la salud como una combinación de estructura, función y hábitos. Por eso, además de trabajar sobre el sistema nervioso y la columna, también ofrecemos:
- Recomendaciones de autocuidado
- Consejos nutricionales generales adaptados a cada situación
- Educación sobre hidratación, descanso y manejo del estrés
Siempre desde una óptica integradora, respetando los límites profesionales y colaborando con nutricionistas o médicos cuando es necesario.
Conclusión
La nutrición y la quiropráctica no son caminos paralelos, sino rutas complementarias hacia una salud más resiliente, energética y equilibrada. No se trata solo de «comer bien» o «alinear la columna», sino de dar al cuerpo las condiciones que necesita para funcionar como fue diseñado.
Si estás en un proceso de recuperación, sufres dolores persistentes o simplemente quieres mantener tu bienestar, recuerda que lo que pones en tu plato también influye en cómo responde tu cuerpo a cada ajuste.
Este contenido tiene fines informativos y no sustituye el diagnóstico ni el tratamiento médico. Consulta siempre con un profesional sanitario.
Referencias
- Calder PC. Omega-3 fatty acids and inflammatory processes. Nutrients. 2010;2(3):355–374.
- Gröber U, Schmidt J, Kisters K. Magnesium in prevention and therapy. Nutrients. 2015;7(9):8199–8226.
- Krøll LS, Feldt-Rasmussen U, Laurberg P, Østergaard JR. The impact of vitamin B12 and folate on neurological function in the elderly. Clin Interv Aging. 2013;8:559–569.
- Holick MF. Vitamin D deficiency. N Engl J Med. 2007;357(3):266–281.
- Simopoulos AP. Omega-3 fatty acids in inflammation and autoimmune diseases. J Am Coll Nutr. 2002;21(6):495–505.
Preguntas frecuentes
¿Cómo se relacionan la nutrición y la quiropráctica?
La nutrición aporta los nutrientes necesarios para que el cuerpo se recupere, regenere y mantenga una función óptima, mientras la quiropráctica optimiza la estructura y el sistema nervioso.
¿Qué nutrientes ayudan al sistema nervioso y musculoesquelético?
Magnesio, vitamina D, omega-3, colágeno con vitamina C y el complejo B favorecen la función nerviosa, muscular y articular.
¿Por qué la alimentación influye en la efectividad de los ajustes quiroprácticos?
Porque una buena nutrición reduce la inflamación, mejora la regeneración de tejidos y potencia los resultados del tratamiento quiropráctico.
¿Qué alimentos conviene evitar para cuidar la columna?
Azúcares refinados, fritos, ultraprocesados y exceso de cafeína o alcohol, ya que favorecen la inflamación y la deshidratación.
¿Puede un quiropráctico dar recomendaciones nutricionales?
Sí, de forma general. Puede detectar signos de déficit nutricional y orientar al paciente hacia hábitos saludables o derivar a un nutricionista si es necesario.
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