Desde pequeños en casa nos enseñan a lavarnos las manos, limpiarnos los dientes, cepillarnos y cortarnos el pelo (bueno esto en la peluquería), vemos a nuestras madres/padres dándose cremas en la cara, a nosotros nos las dan en la playa, etc. y todo esto para cuidar la piel, el pelo, los dientes, obviamente, cosas que se ven y están a la luz.
Pero, ¿Qué pasa con la columna? La columna es quien nos sostiene, quien nos permite caminar, ¡e incluso mover las manos para cepillarnos los dientes! Pero ¿Cuándo la cuidamos? CASI NUNCA, todo lo contrario, le quitamos movilidad pasando el mayor tiempo del día sentados o tumbados, en malas posturas, haciendo movimientos que no son buenos para ella, hasta que un día… “chas”, un latigazo o un mal gesto y las dolencias salen a la luz.
Sabemos tan poco de la importancia de la columna en nuestra salud, que no llegamos a pensar que el insomnio que sufrimos desde hace unos meses puede venir de ahí, o los problemas digestivos, ¡o un simple dolor de cabeza! Es tan lista nuestra columna vertebral que emplea todos los ases que tiene bajo la manga para mandarnos un aviso de que algo va mal. Pero ¿Cuál es el problema?, que la hacemos callar. Nos tomamos un ibuprofeno/paracetamol y a seguir, haciendo lo mismo que antes igual que antes, y nuestra columna sufriendo en silencio, por que no dejamos que se exprese.
Pero que pasaría si la columna estuviese a la vista, y viésemos como cada vertebra se va colocando cada vez en una peor posición, dándole una forma más fea, o que su forma se va desgastando y les salen irregularidades, o que los discos por la deshidratación se ponen marrones y cada vez más pequeños. Pues probablemente le daríamos más atención, porque nos preocupamos mucho más de lo estético y de como se ven las cosas por fuera, aunque no sea lo primordial, que de lo que está pasando dentro, que es al fin y al cabo lo que nos da vida y permite que sigamos funcionando.
Piensa que la columna es un mero protector de nuestro sistema nervioso, el jefe de los jefes en lo que se trata del organismo. Todo lo que le ocurra a ese estuche óseo se plasmará en el sistema nervioso y viceversa, si por el ritmo que llevamos hacemos sufrir al sistema nervioso, este nos lo devolverá bloqueando y degenerando la columna.
Todo lo que hemos mencionado al principio es muy importante y es parte de nuestra salud, pero ¿qué tenemos si no prestamos atención a la base? ¿Empezarías tu casa por el tejado? Yo creo que no, pues aquí lo mismo. Escucha tu cuerpo, no lo silencies y comienza a cuidarlo desde dentro, ya que, si ahí todo va bien, todo lo que se ve fuera necesitará menos esfuerzo para mantenerse bien.
Las flores cogen agua desde las raíces para que puedan luego florecer, haz lo mismo, trabaja en la raíz y no solo en la bonita flor que se ve por fuera.
Un abrazo,