Cuando hablamos del sistema inmunitario, solemos pensar en glóbulos blancos, vacunas o suplementos para «defendernos» de virus y bacterias. Pero, ¿sabías que tu columna vertebral y tu sistema nervioso juegan un papel fundamental en cómo responde tu cuerpo ante cualquier amenaza?
En este artículo exploramos la conexión entre la columna vertebral, el sistema nervioso y la función inmunológica, y por qué la quiropráctica puede ser una herramienta valiosa para mantener esa relación en equilibrio.
¿Qué es el sistema inmunitario?
El sistema inmunitario es la red de células, tejidos y órganos encargada de defender al cuerpo contra agentes externos como virus, bacterias, hongos o toxinas. Su función es detectar lo que no pertenece al organismo y actuar rápidamente para neutralizarlo o eliminarlo.
Está compuesto por:
- Linfocitos (glóbulos blancos)
- Ganglios linfáticos y bazo
- Médula ósea y timo
- Barreras físicas (piel, mucosas)
Pero lo que a menudo pasa desapercibido es que el sistema inmunitario está coordinado por el sistema nervioso.
¿Cuál es el papel del sistema nervioso?
El sistema nervioso es el centro de control del cuerpo. Regula funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca, la respiración, la digestión… y también la inmunidad.
Esto ocurre a través del sistema nervioso autónomo, que tiene dos ramas principales:
- Simpático: activa respuestas rápidas ante estrés (“lucha o huida”).
- Parasimpático: favorece la regeneración, la reparación celular y la función inmunológica.
Cuando el cuerpo está equilibrado, ambas ramas funcionan en armonía. Pero cuando hay interferencias nerviosas, estrés crónico o disfunción postural, ese equilibrio se rompe.
La columna vertebral como vía de comunicación
La médula espinal, protegida por la columna vertebral, es la autopista principal de señales entre el cerebro y el resto del cuerpo, incluidos los órganos inmunitarios.
Cuando una vértebra pierde su movilidad o su alineación (lo que en quiropráctica se denomina subluxación vertebral), puede producirse:
- Irritación de raíces nerviosas.
- Alteración de la señal neurológica.
- Desequilibrio en la función de tejidos regulados por esos nervios.
Esto incluye órganos como el bazo, el timo, los intestinos (donde se aloja más del 70% del sistema inmunitario) o las glándulas suprarrenales.
¿Cómo influye el estrés en el sistema inmunitario?
El estrés crónico es uno de los mayores inhibidores inmunológicos. Cuando el sistema simpático está activado constantemente, el cuerpo:
- Reduce la producción de linfocitos.
- Disminuye la actividad de células “natural killer” (NK).
- Aumenta el nivel de cortisol, que suprime la inmunidad.
Una columna mal alineada puede contribuir a mantener ese estado de alerta fisiológica constante, afectando a la capacidad del cuerpo para defenderse y repararse.
¿Qué dice la ciencia?
Aunque la investigación está en desarrollo, hay estudios que refuerzan esta conexión:
- Se ha demostrado que los ajustes vertebrales pueden modular la respuesta del sistema nervioso autónomo, aumentando el tono parasimpático.
- Se han observado cambios en marcadores inmunológicos, como leucocitos y citocinas, tras intervenciones quiroprácticas.
- Un estudio clínico mostró que pacientes ajustados de forma regular tenían menos infecciones respiratorias y mayor sensación de bienestar.
Esto no significa que la quiropráctica «refuerce el sistema inmunitario» en el sentido comercial del término, sino que favorece un entorno fisiológico más equilibrado y adaptativo.
¿Qué hace un quiropráctico en este contexto?
El quiropráctico no “cura enfermedades”, ni actúa directamente sobre el sistema inmunitario. Su función es:
- Evaluar el estado funcional de la columna.
- Identificar posibles subluxaciones vertebrales.
- Realizar ajustes específicos que restauren la movilidad y la comunicación neurológica.
- Potenciar la capacidad del cuerpo para adaptarse al entorno y autorregularse.
Este enfoque tiene un valor preventivo y regulador, especialmente útil en épocas de cambio estacional, situaciones de alta carga emocional o fatiga prolongada.
En Sana Centro Quiropráctico
En Sana quiropráctica entendemos que el sistema nervioso es la base del bienestar. Por eso, nuestro trabajo se centra en detectar y corregir las interferencias que pueden estar afectando su función, incluidas aquellas que impactan indirectamente en la inmunidad.
Muchos de nuestros pacientes notan, con el tiempo, que enferman menos, se recuperan antes y sienten su cuerpo más fuerte frente a los desafíos del día a día. No se trata de tratar síntomas concretos, sino de restaurar el equilibrio interno para que el cuerpo funcione como debe.
¿Quién puede beneficiarse?
Cualquier persona con:
- Cansancio frecuente o recuperación lenta.
- Episodios repetidos de infecciones leves.
- Estrés crónico o trastornos del sueño.
- Dolores musculares sin causa aparente.
- Estilo de vida sedentario o sobreexigente.
También quienes no presentan síntomas pero quieren cuidar su cuerpo desde la prevención y el rendimiento funcional.
Consejos adicionales para cuidar tu inmunidad
Además del cuidado quiropráctico, hay hábitos que refuerzan tu sistema inmunitario:
- Dormir bien: al menos 7–8 horas de calidad.
- Comer de forma variada y rica en micronutrientes.
- Realizar actividad física moderada regularmente.
- Gestionar el estrés con herramientas como meditación o respiración diafragmática.
- Mantener relaciones sociales y contacto con la naturaleza.
Y, por supuesto, cuidar tu columna y tu sistema nervioso.
Conclusión
El sistema inmunitario no funciona de forma aislada. Está íntimamente conectado con tu sistema nervioso, y por tanto, con tu columna vertebral. Una columna libre de interferencias, bien alineada y con buena movilidad permite al cuerpo mantener el equilibrio necesario para defenderse, adaptarse y regenerarse.
Si quieres cuidar tu salud desde la raíz, considera una evaluación quiropráctica completa. En Sana Centro Quiropráctico estaremos encantados de ayudarte a optimizar tu sistema nervioso y acompañarte hacia una vida más saludable y resistente.
Referencias
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