Cuando pensamos en fortalecer el sistema inmunológico, solemos centrarnos en la alimentación, el descanso o los suplementos vitamínicos. Sin embargo, hay un elemento fundamental que a menudo pasa desapercibido: la salud de tu columna vertebral y su relación directa con el sistema nervioso. Y es que, aunque parezca sorprendente, el buen funcionamiento del sistema inmunológico está íntimamente conectado con la integridad de tu columna.
En este artículo, exploramos la fisiología de esa conexión, revisamos la evidencia científica que la respalda y te explicamos cómo el cuidado quiropráctico puede ayudarte a optimizar tus defensas naturales desde una perspectiva funcional, clínica y preventiva.
¿Qué es el sistema inmunológico y cómo funciona?
El sistema inmunológico es la red biológica que defiende al organismo frente a virus, bacterias, hongos y células dañinas. Está compuesto por:
- Células inmunitarias (linfocitos, macrófagos, neutrófilos…).
- Órganos (médula ósea, timo, ganglios linfáticos, bazo).
- Barreras físicas (piel, mucosas).
- Moléculas señalizadoras (citoquinas, interferones, anticuerpos).
Funciona de manera coordinada para detectar, atacar y recordar agentes patógenos. Pero su eficacia no depende solo de la presencia o ausencia de microbios, sino de cómo se regula internamente el cuerpo para responder de forma adecuada.
Y ahí es donde entra el sistema nervioso.
Sistema nervioso e inmunidad: una conexión vital
El sistema nervioso es el gran orquestador del cuerpo. Regula el ritmo cardíaco, la digestión, la respiración… y también el equilibrio del sistema inmunológico.
Esta interacción ocurre a través del eje neuroinmunológico, en el que:
- El sistema nervioso autónomo (simpático y parasimpático) modula la actividad inmunitaria.
- El sistema nervioso central regula la producción de citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias.
- Las terminaciones nerviosas presentes en los órganos inmunes (como el bazo o los ganglios linfáticos) influyen en su respuesta celular.
Cuando el sistema nervioso está equilibrado, el sistema inmune responde con eficacia. Cuando hay disfunciones nerviosas, el sistema inmunológico puede verse debilitado, sobreactivado o desregulado.
¿Qué papel juega la columna vertebral?
La columna vertebral protege a la médula espinal, que forma parte del sistema nervioso central. Es el canal principal de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.
Si hay disfunciones vertebrales —lo que en quiropráctica se conoce como subluxaciones— pueden producirse interferencias en esta comunicación. Esas interferencias:
- Alteran la función de los nervios que regulan la actividad inmunitaria.
- Generan tensión persistente en el sistema nervioso autónomo.
- Aumentan la producción de cortisol, una hormona que suprime la inmunidad en exceso.
Por tanto, una columna bloqueada o desalineada puede afectar indirectamente la capacidad del cuerpo para defenderse.
¿Qué dice la ciencia sobre quiropráctica e inmunidad?
Aunque la investigación está aún en crecimiento, varios estudios sugieren que los ajustes quiroprácticos pueden influir positivamente en la regulación inmunológica:
- Se ha demostrado que tras un ajuste vertebral, disminuyen los niveles de citoquinas proinflamatorias como la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α).
- También se ha observado un aumento en la producción de inmunoglobulinas (anticuerpos) tras sesiones de cuidado quiropráctico.
- Otros estudios destacan que la manipulación espinal modula el sistema nervioso autónomo, favoreciendo el tono parasimpático, clave para la reparación y la respuesta inmunitaria equilibrada.
Aunque no se puede afirmar que la quiropráctica “refuerza” el sistema inmune de forma directa, sí contribuye a crear un entorno neurológico más favorable para su funcionamiento óptimo.
¿Qué síntomas pueden indicar que tu sistema nervioso está afectando tu inmunidad?
- Enfermar con frecuencia (resfriados, infecciones leves).
- Tener procesos inflamatorios persistentes (sinusitis, otitis, digestiones pesadas).
- Sentir cansancio crónico, incluso sin actividad intensa.
- Dormir mal o con interrupciones.
- Reaccionar con exceso a pequeños cambios ambientales.
- Sufrir brotes en enfermedades autoinmunes o inflamatorias.
Si bien estos síntomas no son exclusivos de una disfunción vertebral, su presencia constante puede indicar un desequilibrio en el eje neuroinmunológico.
¿Qué hace la quiropráctica en estos casos?
La quiropráctica no trata enfermedades infecciosas ni inmunológicas. Pero sí puede ayudarte a:
- Restaurar la movilidad articular de la columna.
- Reducir interferencias en el sistema nervioso.
- Mejorar la adaptación del cuerpo al estrés.
- Favorecer un entorno fisiológico más equilibrado.
- Promover una respuesta inmunitaria más coordinada y eficaz.
Los ajustes vertebrales específicos no son manipulaciones genéricas. Se aplican tras una valoración clínica detallada, y están diseñados para estimular la función neurológica sin generar agresión o fatiga adicional.
En Sana Centro Quiropráctico
En Sana, trabajamos cada día con personas que desean no solo aliviar el dolor, sino mejorar su funcionamiento global y su capacidad de adaptación interna. Esto incluye a quienes:
- Se enferman con frecuencia sin explicación médica clara.
- Viven en estados de estrés crónico o agotamiento.
- Tienen antecedentes de enfermedades inmunológicas y buscan una vía complementaria.
- Quieren potenciar su salud desde la prevención, no desde la reacción.
Nuestro enfoque es clínico, progresivo y respetuoso con los ritmos del cuerpo. No prometemos curas, pero sí ayudamos a liberar interferencias que pueden estar limitando tu capacidad de autorregulación.
¿Qué puedes hacer tú para cuidar tu sistema inmune desde la columna?
- Mantente físicamente activo con movimiento diario.
- Haz pausas posturales si trabajas sentado muchas horas.
- Respira profundamente, al menos 3 veces cada hora.
- Cuida tu descanso: el sueño es un gran reparador inmunológico.
- Prioriza el contacto con la naturaleza y la luz solar diaria.
- Revisa periódicamente tu columna, aunque no tengas dolor.
Recuerda: la prevención es más eficaz que la corrección tardía.
Conclusión
Tu sistema inmunológico depende de muchos factores, y uno de los más olvidados es el estado de tu sistema nervioso. Y como la columna vertebral es el eje físico que lo protege y regula, cuidarla es cuidar tu salud en todos los niveles.
La quiropráctica no sustituye al sistema sanitario convencional, pero sí ofrece una herramienta clínica para optimizar la función del cuerpo desde la raíz: la relación entre tu columna y tu sistema nervioso.
En Sana Centro Quiropráctico, estaremos encantados de ayudarte a explorar cómo mejorar tu capacidad de adaptación, recuperación y defensa natural, sin fármacos ni tratamientos invasivos.
Referencias
- Tracey KJ. Reflex control of immunity. Nat Rev Immunol. 2009;9(6):418–428.
- Segerstrom SC, Miller GE. Psychological stress and the human immune system: a meta-analytic study. Psychol Bull. 2004;130(4):601–630.
- Teodorczyk-Injeyan JA, et al. Immune responses following spinal manipulative therapy. J Manipulative Physiol Ther. 2010;33(7):509–517.
- Brennan PC, et al. Enhanced neutrophil respiratory burst as a biological marker for manipulation forces. J Manipulative Physiol Ther. 1991;14(7):399–408.
- Holt K, Russell D. Effects of vertebral subluxation and chiropractic care on heart rate variability and stress. J Chiropr Educ. 2010;24(1):33–34.
Este contenido tiene fines informativos y no sustituye el diagnóstico ni el tratamiento médico. Consulta siempre con un profesional sanitario.
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