PERO, ¿POR QUÉ ME DUELE LA CABEZA?

Cuantas veces te has preguntado al llegar a casa del trabajo, o al despertarte, ¿por qué me duele la cabeza? Ese dolor incapacitante que no te deja hacer lo que más te gusta (leer, ir al gym, a tomar algo, pasear…), o uno más leve, pero que hace que te des cuenta de que está ahí y te incordia, que te desconcentra y necesitas un ibuprofeno para seguir con lo que estás haciendo.

Bueno, pues según los estudios científicos, puede haber muchas causas que generen esos dolores de cabeza, puede ser por deshidratación, la vista, hormonas, etc. pero, la mayoría de veces ese POR QUÉ, está en las cervicales. Nuestra querida columna vertebral, siempre participando en toooodos los procesos del cuerpo, pues sí. Los bloqueos que podemos tener en las cervicales (o como nos gusta llamarlos: SUBLUXACIONES VERTEBRALES) hacen que la conexión del cerebro con el resto del sistema nervioso tambaleé y para avisarnos emplea molestias como estas (obviamente si nos avisase con un subidón de ánimo o energía, pues no le haríamos ni caso jajaja). Es su manera de decirnos que necesita ayuda, y que algo tenemos que hacer al respecto, y te cuento un secreto: el ibuprofeno, lo único que va a hacer es quitarle la voz al sistema nervioso central, para que nos deje de avisar, pero por desgracia (o no), el problema seguirá ahí.

Motivos por los que nos puede doler la cabeza

Pero, vamos a lo importante, ¿por qué se me SUBLUXA la columna y las cervicales? Bueno pues ni más ni menos que por todo lo que haces en tu día a día, por tu estilo de vida (y bueno la de todos). Vivimos en una sociedad rodeada de acontecimientos estresantes (no todos malos, pero muchos muy exigentes), y nuestro cuerpo está momentáneamente adaptándose para sobrevivir: al estrés del trabajo, al ritmo de vida, a las cervezas del afterwork, al pedazo de entreno de crossfit que le he metido al cuerpo después de 9 horas sentado en la oficina, al móvil, televisión, y paro que sino no acabo. Todo eso, hace que nuestro sistema nervioso se desequilibre, hace que entremos en modo destructivo (modo simpático), o de supervivencia. Esto nos ayuda a adaptarnos a los acontecimientos del día a día, pero el problema llega ahora, si después de todo ese tute, no volvemos al modo constructivo (modo parasimpático), nuestro cuerpo se bloquea, no recupera, no descansa y no regenera, ¿y que viene ahora? ¡Una SUBLUXACIÓN!

Pasado el tiempo, como seguramente seguiremos en simpático, esa subluxación se cronifica y al cerebro no le quedará más remedio que avisarnos con cosas desagradables, como nuestro dolor de cabeza para pedirnos ayuda. Pues bien, ¡aquí entramos nosotros en juego! Con la ayuda de la quiropráctica, podemos tener bajo control esas subluxaciones y ayudar al cuerpo que entre en modo parasimpático, darle ese impulso que necesita para que pueda descansar y regenerarse y volver a estar a tope.

La quiropráctica no quiere darle al cuerpo nada que ya no tenga, como siempre decimos, estamos muy bien hechos y todo lo que necesitamos para seguir adelante lo tenemos dentro, simplemente a veces el cuerpo tiene trabas para conseguir y llegar a sus herramientas adecuadas.

Diles adiós a esos dolores de cabeza, ¡cuida tu columna y verás como tu cuerpo te lo agradece! Disfruta de la vida, que solo hay una y es única, pero no te olvides de cuidar tu cuerpo, también es único y no tienes otro lugar donde vivir.

Con amor,

El equipo de SANA.

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